Dios ha bendecido abundantemente con toda clase de bienes a nuestra provincia religiosa y lo sigue haciendo sobre todo cuando ponemos todo nuestro entusiasmo en las obras; un ejemplo destacado de ello lo fue la obra de nuestro querido reverendo padre Antonio Sagrera, CR, que supo confiar plenamente en la Providencia de Dios, como fiel discípulo de san Cayetano. El P. Sagrera -como le llamaban- nos legó de una manera sencilla y espontánea, inculturado ya por el léxico del pueblo de la Ciudad de México, una breve crónica que recorre los hechos que originaron la presencia de la orden teatina en México, desde una perspectiva y visión únicas.
Se presentan dos textos manuscritos, cuyos originales se encuentran en el Archivo General de la Orden. En cada uno el P. Sagrera describe lo que vivió ciertos momentos de su vida. El primer texto fue realizado ante una petición urgente, presentando pasajes muy breves y agregando solo hechos notables con sus respectivas fechas. El segundo texto, responde a una “petición del P. Provincial”, presentándose más extenso y con abundancia de anécdotas, principalmente acontecimientos que le cambiaron sus esquemas de vida. La información general no presenta equívocos en fechas, lugares, nombres, ni horas. Presenta una intención clara: comunicar al lector la urgencia de saber trabajar en la Viña del Señor, en tierras mexicanas, como se menciona en numerosas ocasiones.
Se respetan los textos tal y como aparecen en los originales, sin añadirles nada.
Los Padres Teatinos de México celebramos la presencia de la Orden en estas tierras, recordando a nuestros “predecesores” con cariño, respeto y admiración, no solo por lo que hicieron sino por lo que supieron vivir y trabajar con nuestro pueblo.
Aún nos falta mucho por crecer, y ello se consigue trabajando, y entregando toda nuestra persona por el Reino de los cielos, siempre confiando en nuestro Padre que nos dará lo que necesitamos.